Las mil y una formas de soñar un mural (creaciones que quedan detrás del velo)

por Guillermina González

El dibujo que acompaña estos párrafos es un boceto para un mural.  Una de las mil y una formas de soñar un mural.  Para poder “llegar” a esta imagen tal vez sea necesario contar el contexto del cual se nutrió, qué historia vivida devino en su creación y tal vez entonces poder acercarse a su peso.

Esto pasó a fines de 2017, en Villa Tranquila, conurbano bonaerense, Argentina. La propuesta de plástica y muralismo estaba contemplada dentro de un dispositivo comunitario para el abordaje de salud mental y el uso problemático de sustancias.  En esas fechas se había trabajado el tema de “Ni una menos” y el grupo de profesionales, talleristas y usuarios decidieron hacer un mural en relación al tema.  Yo supongo que como parte de una metodología de intervención en relación al tema de género y violencia.

Ilustró la imagen una mujer de unos 28 años, a quien voy a llamar A. Cada uno de los participantes hizo un dibujo como propuesta para el mural.

Yo estaba de paso por la institución en ese momento, no participé de ese trabajo.  Me desempeñaba como instructora de prácticas pre-profesionales de estudiantes de la carrera de enfermería.  Nosotras (todas mujeres) nos sentábamos en una gran mesa, desayunábamos un rato largo mientras organizábamos la jornada de prácticas.  En esas prácticas fuimos conociendo a las personas que iban al dispositivo, entre otros, nuestro objetivo era abordar estrategias de prevención inespecífica en relación al uso problemático de sustancias.

Una mañana, A se acerca y me dice: “te quiero regalar este dibujo”.  Me conmocionó la frase.  Le agradecí su regalo.  Me contó que su trabajo no había quedado seleccionado para el mural y que ella no estaba de acuerdo con la imagen que iban a pintar, porque tenía colores rojos de la sangre, y que además, mostraba la violencia. Recién ahí le pregunté por qué no estaba de acuerdo, qué le pasaba al respecto. “Cuando una pasó por esa situación, quiere que lo que se muestre sea distinto”.  Hizo hincapié en los colores más suaves, en la importancia de que haya muchas mujeres juntas y en especial, que la imagen mostrara que ya se había pasado la situación de violencia.

Una creación que primero tocó mi visión, con un relato que luego atravesó mi audición, pero que en simultáneo empezó a reverberar con el resto de mi cuerpo, cobrando espacios y haciéndose lugar. Una de las mil y una formas de soñar un mural, es sólo un punto con direccionalidades infinitas.  Una dirección surge de quien se sentó a crearlo, desde sus sensaciones por la historia vivida según ¿género?, ¿clase?, ¿salud mental?, ¿educación?, ¿y cuántas dimensiones más? Ese dibujo como contenedor de todo lo expresado y todo lo no expresado, ese dibujo portador de la agencia de su creadora, pero también del contexto de creación, de quienes invitaron a generarlo, y también cargado de la contra propuesta de lo que sí fue mostrado públicamente. Ese dibujo llegaba a mí, a otro punto del entramado que percibía desde su trayectoria de vida: ¿género?, ¿clase?, ¿salud mental? y todas otras dimensiones.

Tal vez es muy obvio lo planteando y probablemente quienes estén leyendo estas líneas ya hayan pensado en todo lo expuesto. Sin embargo, me parece que muchas veces quedan detrás del velo algunas personas, en especial los grupos que padecen las problemáticas sociales sobre los cuales se hacen obras.  Detrás del velo en aquellas obras que quieren hacer visible la violencia de género, desde una imagen que la muestra y la demuestra.  Esas UNAS de las mil formas de soñar un mural, pueden ser de impacto para quienes continúan no siendo conscientes de esta situación.

Pero ahí quedan o quedarían detrás del velo o a los pies de esos algunos murales, esas personas que han atravesado y padecido; porque tal vez esas personas necesiten otras formas, colores, composiciones y perspectivas en la imagen.  Las metodologías o modos de acompañar sus procesos requieren estar a disposición de sus trayectorias de vida y tal vez de su necesidad de generar una nueva creación.

 

 

Bibliografía

Martinez Luna, S. (2012). “La antropología, el arte y la vida de las cosas. Una aproximación desde Art and Agency de Alfred Gell”. AIBR. Revista de Antropología Iberoamericana, 7 (2), 171-195.

Tovar, Patricia. (2010) La antropología del arte como un campo interdisciplinario. Tesis doctoral “Arte y aprendizaje”, CIESAS, México, 2010, capítulo 1.

 

Guillermina González

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