Desde que era niña me había llamado mucho la atención la migración, pensándola a veces como un estado que atraviesan algunas personas, en algún momento de sus vidas. El hecho de dejar un lugar y llegar a otro, el hecho del viaje, a veces temporal, permanente, o constate. El hecho de llevar contigo los caminos recorridos, los abrazos de despedida y las miradas de ilusión con el nuevo horizonte.
A los 19 años me tocó vivir en carne propia este estado, pasando de ser solo observadora contemplativa a ser migrante en sí. Lejos de casa, lejos de la familia, lejos de mis montañas, lejos de la tierra que me acompañó en el crecer. Día tras día a lo largo de los años nacieron diversas preguntas sobre formas de ser y estar habitando en un lugar lejano, y poco a poco se fueron construyendo respuestas en la compañía de otras mujeres que también atravesaban un proceso similar al mío, de ser migrantes con muchas preguntas. Con el tiempo se fueron condensando nuestras experiencias compartidas en respuestas conjuntas, en formas de resolver la soledad, los miedos, del disfrute, de otras formas de amar, ser, estar y construir.
Así, entre meriendas, danzas y helados en fin de semana fue brotando la esencia de este video, al cual llamamos “Collage”, por su carácter visual y principalmente por su contenido y las fibras más profundas que implicaban para nosotras. Lo primero en construirse fue el texto, el cual fue compuesto en base a 8 entrevistas formales y muchos años de conversaciones, extrayendo de estas la poética más representativa para nuestro sentir. Luego vinieron las imágenes, asentadas en las palabras que quedaban resonando y con el aire de muchas despedidas que se avecinaban para varias de nosotras. Por último llegó la edición, que fue la etapa en la que cobró un cuerpo propio la pequeña obra.
“Collage” fue la manera de despedirme de Buenos Aires y de agradecer lo mucho que me había enseñado, fue la manera de que el abrazo último que nos dábamos con ellas quedara palpitando, fue la manera de terminar de comprender lo vivido, lo logrado, y así también, fue la manera de poder abrazar con cariño la incertidumbre de los nuevos caminos que nos tocaría recorrer.